Repartir comida a domicilio es uno de los negocios de más éxito de los últimos años, especialmente tras la pandemia. 

En el post de hoy te contamos el nivel de rentabilidad actual de este modelo de negocio.

De las ventajas de las dark kitchen ya hemos hablado en post anteriores: ahorro de costes iniciales, buen volumen de demanda… Sin embargo, las cosas están cambiando. 

Por un lado, los hábitos de consumo no son iguales en plena pandemia. Ahora los consumidores quieren ir a los restaurantes físicos ya que el delivery no es su única opción.

En la actualidad nos encontramos ante un modelo de transición y adaptación en el que también ha tomado un papel relevante la regularización.

Sin ir más lejos, Barcelona es la ciudad española que más ha restringido las cocinas fantasmas no permitiendo estar en el distrito centro y pudiendo ubicarse solo en la zona franca, a más de 20 minutos del centro de Barcelona.

En nuestro país esta regulación depende de cada ayuntamiento, por lo que es una muestra de que el mercado está madurando y la administración está tomando medidas para su control.

Algunos expertos creen que, tanto por la regularización de este modelo de negocio como por el cambio de hábitos de los ciudadanos, ahora mismo no sería rentable abrir un negocio solo de delivery. La apuesta apunta hacia un modelo híbrido entre el reparto a domicilio y el espacio físico y poder así maximizar la rentabilidad del negocio a la vez que se mejora la experiencia del cliente.